Trastorno reactivo de la vinculación
Durante los primeros años de vida se forman los principales vínculos de afecto y apego en el niño, las cuales se reflejaran en los siguientes años donde la socialización se manifieste de forma externa al interactuar en el kinder, niños, maestros y demás. Por otra parte cuando el niño (a) muestra impedimentos para la agrupación social es importante de prestar atención ya que se podría estar hablando de un trastorno reactivo de la vinculación que se explicará a continuación.
Según el DSM IV-TR existen dos sub tipos asociados a este trastorno infantil:
1. Tipo Inhibido: incapacidad persistente para iniciar la mayor parte de las relaciones sociales y responder a ellas de modo adecuado al nivel de desarrollo del sujeto.
2. Tipo Desinhibido: Cuando la alteración dominante de la relación social consiste en una sociabilidad indiscriminada o una ausencia de selectividad en la elección de figuras de vinculación.
Ambos se describen por los criterios expuestos en dicho Manual Diagnóstico:
niñez.
A. Relaciones sociales alteradas, iniciándose antes
de los cinco años y puestas de manifiesto
por:
1. incapacidad persistente para iniciar la mayor
parte de las interacciones sociales o responder a ellas de un modo apropiado al nivel del
desarrollo, manifestada por respuestas excesivamente inhibidas, hipervigilantes,
o sumamente ambivalentes y
contradictorias.
2. vínculos difusos manifestados por una
sociabilidad indiscriminada con acusada incapacidad para manifestar vínculos selectivos
apropiados.
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B. El trastorno del criterio A no se explica
exclusivamente por un retraso en el desarrollo y no
cumple criterios de trastorno generalizado del
desarrollo.
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C. La crianza patogénica se manifiesta al menos por
una de las siguientes características:
1. desestimación permanente de las necesidades
emocionales básicas del niño relacionadas con el bienestar, la estimulación y el
afecto.
2. desestimación persistente de las necesidades
físicas básicas del niño.
3. Cambios repetidos de cuidadores primarios, lo que
impide la formación de
vínculos estables.
|
D. Se supone que el tipo de crianza descrita en
Criterio C es responsable del comportamiento
alterado descrito en el criterio A.
Tipos:
F94.1. Tipo inhibido: Si predomina el Criterio A1.
F94.2. Tipo desinhibido: Si predomina el Criterio
A2.
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Tipos de Apego:
Diferentes autores han estudiado el desarrollo psicosocial de los infantes en diferentes etapas de sus vidas, entre ellos Bowlby, Ainsworth, Mains y Cols quienes son los principales propulsores de este tema de gran interés para comprender la forma en la que los niños (as) principalmente se adaptan e integran a la sociedad y por ende las limitaciones que muchos de estos tienen al crear vínculos sanos que posteriormente afectan su funcionamiento escolar, social e individual.
A continuación se muestran 4 imagenes que resumen los tipos de apego observados por los autores:
Imagen 1. Ainsworth (1969), Bolwby (1982) |
Imagen 2. Ainsworth (1969), Bolwby (1982) |
Imagen 3. Ainsworth (1969), Bolwby (1982) |
Imagen 4. (Main y Cols, 1988) |
Los síntomas psicológicos relacionados con el vínculo son el resultado de dificultades en la relación padres/hijo debido a separaciones, pérdida de los cuidadores, abuso y negligencia y otras anomalías (Atienza y Rodriguez, 2004, p.85) entre los que se caben mencionar:
Tabla 1. Sintomas psicológicos en relación al vinculo
-La
presentación de conductas impredecibles.
- La
presencia de conductas de intimidación hacia los demás o ser víctima
de
ellas.
-
Marcados déficits en las relaciones sociales.
-
Conductas agresivas hacia otros niños.
- Baja
tolerancia a la frustración y déficits en los mecanismos de inhibición
conductual
o autocontrol.
-
Desorganización y desorientación en la resolución de problemas.
-
Miedos excesivos, trastornos de ansiedad generalizada y/o síntomas
depresivos.
- En
ocasiones pueden existir síntomas disociativos o perplejidad: atención
insuficiente
a los acontecimientos externos.
- Respuestas
escasas o lentas, inhibición conductual ante situaciones
novedosas
o cambiantes.
|
-
Junto a la falta de habilidades para la resolución de problemas, podemos
encontrar,
igualmente, inhabilidad para pedir ayuda experimentando
malestar
en situaciones que las requieran.
-
Falta de empatía hacia los demás y tendencia a conductas sociopáticas.
-
Serias dificultades para establecer vínculos de amistad y establecer
relaciones
de confianza hacia los demás.
-
Rabietas frecuentes y dificultades en la regulación de las emociones.
-
Escaso placer en las emociones y manifestaciones de malestar en las
situaciones
en las que estas deben manifestarse.
- Muy
demandante.
-
Problemas con la conducta alimentaria.
-
Contacto ocular pobre.
-
Conductas contradictorias.
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Intervención y Estrategias de enseñanza:
Debemos recordar que el mayor problema en niños(as) con esta limitación es que no saben interactuar ni controlar sus emociones a la hora de crear vínculos, por lo que cualquier intervención debe ir orientada a la solución del mismo por lo que la educación no se debe centrar solo en el niño sino también en padres y maestros que interactuan con él.
Entre las estrategias a mencionar están:
- El primer objetivo es explicar a los padres o tutores el origen del problema. A partir de esta comprensión, como estrategia general, hay que potenciar espacios de comunicación diaria con el niño. Priorizar la calidad versus la cantidad en la interacción.
- Fomentar que explique sus sentimientos y emociones (tristeza, alegría, etc.) más que lo que ha hecho (jugar, ir de excursión, etc.). Al respecto puede utilizarse el Diario emocional donde se registrará diariamente una cosa que el niño ha vivido positivamente y otra en la que debe mejorar. Esto debe servir de base para que los padres razonen con él los aspectos de sus sentimientos y comportamiento que les preocupa. Normalmente esto puede hacerse por la noche justo antes de acostarse.
- Marcar muy claramente las consecuencias de las conductas que queremos corregir (castigos) pero, cuando ocurre la conducta, no le gritemos ni intentemos pedirle explicaciones, o razonar lo sucedido. Para ello podemos utilizar el espacio nocturno del "Diario emocional" donde todos ya estamos más relajados.
- Cuando se produce una conducta inadecuada que queremos corregir, retiremos (en la medida de lo posible) la atención (tiempo fuera u otros) y hacerle saber que estamos tristes porque él puede hacerlo mejor. De esta forma el niño pasa de ser la víctima a sentirse responsable de la “tristeza” de los padres. Esto puede ser muy eficaz en niños que precisamente tienen temores a la pérdida o distanciamiento emocional de los padres, no obstante debe utilizarse con cautela debido a que hablamos de niños con problemática afectiva.
- Hay que rechazar las conductas malas del niño, nunca al propio niño. Es decir, le diremos que se ha portado mal pero no que es un niño malo, desobediente, etc.
- Para trabajar aspectos concretos de su conducta, utilizar la economía de fichas mediante gráficas visuales. Pactar premios por anticipado y definir las reglas de juego.
- Intentar incrementar el tiempo de ocios juntos.
- Recordarle cuanto le queremos y lo importante que es él para la familia. Darle protagonismo y saber alabarle la conducta o el trabajo correcto inmediatamente después que lo lleve a cabo.
- Si hay problemas de impulsividad o atención, podemos incorporar juegos que fomenten la demora de la respuesta y el pensar antes de actuar. Es mejor establecer un horario diario para que podamos estar con él juntos. Estas actividades deben ser vividas por el niño como un espacio lúdico no como unos deberes.
- Los padres deben ser capaces de abrir, desde muy temprana edad, una puerta en el niño para que pueda dejar salir sus sentimientos y emociones. Saber escuchar, acompañar, conectar con el mundo interior infantil, es la mejor manera de construir un joven sin complejos y con buena autoestima. Todo esto recobra especial importancia en niños que por un motivo u otro han visto truncado el vínculo temprano. (Llort, 2013)
Videos relacionados:
Documental: "La Hija de la ira".
Una Historia real en la que una niña sufre desde sus primeros años de vida abusos y vínculos poco afectivos los cuales contribuyen en una serie de conductas agresivas hacia si misma y otros, desarrolla la incapacidad de establecer relaciones sociales sanas.
Referencias:
Ainsworth, M. (1969) Attachment and exploratory behavior of one year-old in strange situation. Determinants of infant behavior, 4 (1), 113-136.
Ainsworth, M. (1989). Attachment beyond infancy. American Psychologist, 44 (1), 709-716.
Bowlby, J. (1969). Vínculo afectivo. Barcelona, España: Paidos.
Diaz Atienza
J y Blanquéz Rodrigues, MP.El vínculo y Psicopatología en la infancia. Unidad de Salud mental de Almería. Revista
de Psiquiatria y Psicología del niño y del adolescente (2004), 4 (1)
DSM-IV-TR (2002). Manual diagnostico y estadístico de los trastorno
mentales. MASSON,S.A
Recuperado de:
http://www.psicodiagnosis.es/areaescolar/tecnicasmodificacionconductaaula/economiafichasenclase/index.php Sergi Banús Llort (Psicólogo clínico
infantil) - Tarragona (Catalunya-España).
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